SANTA ROSA
18 de junio de 2022
Que Salgado esté preso es el lógico resultado del drama de Santa Rosa: demasiada politiquería
Las olvidables gestiones del peronista Salgado en Santa Rosa agravaron el endémico problema de la falta de desarrollo económico y la ausencia de empleo de calidad en esa comuna
El municipio de Santa Rosa ha padecido -desde el retorno a la democracia- una mayoría de gestiones políticas mediocres, deficientes. En algunos casos han sido administraciones muy dañinas para la sanidad política santarrosina. Sobresale, claro, el caso del intendente peronista Sergio Salgado, quien fue elegido jefe comunal en tres ocasiones por el voto popular a pesar de los fuertes indicios de que esas gestiones estaban llenas de puntos oscuros.
Las variadas corruptelas que urdió este personaje, plagadas de embustes y tosquedades, dejaron una marca indeleble en el luyido tejido municipal.
Salgado ya había estado preso en 2018 cuando fue condenado por la Justicia a una pena de cinco años de prisión y a la inhabilitación de por vida para ejercer cargos públicos. Pero sólo cumplió 7 meses de encierro. Salió libre a la espera de que la Justicia definiera una serie de presentaciones con las que sus abogados buscaban poner en duda la condena.
Ahora todo eso se desmoronó y Salgado ha vuelto a caer preso para cumplir en su totalidad la pena dictada hace cuatro años. La Justicia convalidó el fallo condenatorio y la Corte Suprema ratificó que los delitos de corrupción por los que Salgado está condenado no prescriben (léase malversación de caudales públicos, fraude a la administración pública y exacciones ilegales, entre otros).
Previamente, en 2016, Salgado ya había sido condenado en otra causa por librar cheques sin fondos desde la Comuna y también por ejercer violencia de género contra su novia de entonces, una ex reina de la Vendimia de Santa Rosa. El tipo ofrecía un combo completo.
¿Inviable?
Cuando se analiza el historial de una comuna, se llega a la conclusión de que las razones de los desastres de gestión suelen ser muy complejas. Y obliga a poner una lupa sobre algo que se había esbozado en anteriores ocasiones: que Santa Rosa parece ser lo más parecido a un municipio inviable.
Los frutos que ha dado la política partidaria en Santa Rosa en los últimos 35 años han sido tan famélicos como las visiones de muchos de aquellos que la han gobernado. Demócratas, peronistas y radicales han pasado por ese municipio sin lograr transformaciones duraderas y sin haber aportado a la concreción de políticas comunes entre esas fuerzas para sacar al departamento del olvido.
Santa Rosa ha tenido mucha politiquería y escasa política. Esa manera de gestionar el departamento en base a las intrigas, las peleas y la chapucería político-partidaria de poca monta, se trasladó también a la vida cotidiana de muchas familias, amigos y dirigentes. Las peleas entre los políticos se replicaron en la vida de no pocos vecinos a través de recelos y disgustos a causa del excesivo partidismo.
La Zona Este de Mendoza nunca ha logrado que los departamentos menos favorecidos (Santa Rosa y La Paz) hayan trabajado de manera conjunta para modificar el atraso político. Por ejemplo, lo más vistoso que ha presentado el intendente peronista de La Paz Fernando Ubieta han sido los regalos masivos de cajas navideños o de juguetes para el Día del Niño concretados de manera alevosa con fondos públicos. Una tosquedad que atrasa como 70 años.
Otro que bien baila
Tampoco el PJ provincial ha ayudado, cuando tuvo a intendentes peronistas en esos departamentos, a que germinaran proyectos o ideas para mejorar la vida de sus habitantes. El ejercicio faccioso de la política siempre se gasta en seguir a los líderes nacionales o provinciales y no en propiciar una idea progresista para los mendocinos.
Salgado, ya ha sido trasladado al penal de San Felipe, ubicado al oeste de la Penitenciaría Provincial, donde deberá cumplir el resto de la pena. Allí ya se encuentra otro colega peronista, Luis Lobos, ex intendente de Guaymallén. Quizás el prontuario del condenado Lobos tenga un poco más "de nivel" que el del santarrosino.
Ambos han tenido escasa preparación, pero en cambio han exhibido una audacia y una propensión desatada para delinquir. Demasiada para el paladar mendocino.
Lo de Lobos fue más rumboso. Estuvo al frente del departamento más poblado de la provincia, donde hay más posibilidades para manotear, y él siempre se mostró convencido de que podía llegar a ser gobernador de Mendoza.
Lo de Salgado fue hecho de remiendos y pegotes, acorde a lo que permitía una comuna empobrecida como Santa Rosa. Lobos, vivaracho como Boudou, ya ha dicho que va terminar el secundario dentro del penal. Aguardaremos, con pocas esperanzas, para saber cómo tratará de enmendar su pasado el santarrosino.
Fuente: Diario UNO
Por Manuel De Paz
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