Fue la gota que colmó el vaso. Decidió esa madrugada del Día de San Valentín de 2015, exteriorizar su hartazgo asistiendo a la Fiscalía de Santa Rosa, y denunciar a quien era ese entonces su pareja, Sergio Salgado, el jefe comunal del departamento.

Barbara Dorcemaine (35) aguarda con expectativa el juicio oral que se ventilará en los próximos meses. El pedido de elevación a juicio de la Fiscal Mariana Cahiza, tendrá su epicentro en un Juzgado Correccional de San Martín. La acusación es violencia de género, y su abogada, Carolina Jacky, confía en que saldrán adelante. Han desafiado al poder político. Nada más y nada menos.

Esta  es el diálogo que Barbara Dorcemaine mantuvo con Tiempo del Este:

¿Cómo ha sido para vos este último año?

“La verdad que no muy bueno. He tenido que estar de allegada, porque no consigo trabajo. Estuve trabajando en un estudio pero el salario es poco. Necesito mantener a mis hijos e independizarme. En todo aspecto, este último no fue lindo”.

“Mi  tema personal lo mezclaron con política. No soy una persona mediática, no me gusta. El (Sergio Salgado)  salió a decir cosas que no eran.

¿Te ha vuelto a escribir Sergio Salgado?

“Siempre me está escribiendo, creo que fue el 8 de Febrero la última vez que lo hizo. Me manda poemas o canciones. La verdad que no lo sé, porque nunca conteste sus mensajes.  Hasta el día de hoy me sigue mandando poemas y canciones.

Yo jamás le respondí. Este es un capítulo de mi vida que ya lo quiero cerrar. Son demasiados cosas”.

¿En qué te afirmaste para superar este trance?

“En mis hijos, en mi familia, en ningún momento me dejaron sola. Saben la clase persona que soy. Mi familia siempre ha vivido de su trabajo. Mi tía Mariana es la que más me banca.   Tenemos una relación muy linda con ella, es como si fuera mi hermana mayor. Siempre estuvo conmigo. Ella hoy me contiene. Desde el techo hasta la comida”.

¿Cuánto tiempo estuviste con él? ¿Cómo definirías ese tiempo?

“5 años. Fue una experiencia que no se la deseo a nadie. No es lo mejor que me ha pasado en la vida. Yo lo quería y había muchas cosas que no estaban bien…pero el amor es ciego. Uno se cansa de los abusos, de las burlas y de que la rebajen. Me maltrató, y yo la remaba y la remaba.

“Después de mi separación (del primer matrimonio)   la peleaba, porque ya venía de un fracaso sentimental. El siempre iba a buscarme después que nos peleábamos, y él me pedía que me pusiese en su lugar. Pero ya no podía perdonarlo después de tantas cosas. Yo buscaba la igualdad, el respeto de la mujer al hombre y viceversa”.

¿Tuviste muchos problemas?

“Hoy me siento tranquila de haber salido de todo eso. Uno busca estar bien por los chicos. Mi papá el año pasado sufrió un infarto y fue debido a esta situación. De repente se vieron perseguidos. Lamentablemente, la gente en Santa Rosa, no ve más allá de su ombligo. Ellos se acostumbran a esto y por eso le temen a los cambios, en general.

Por allí, por 2 pesos con cincuenta, tienen un servicio de espionaje… por tan poco. Pueblo chico, infierno grande. Puertas adentro nadie sabe lo que pasó. El único fin que persigo es que se conozca la verdad.

¿Qué pasó con tu trabajo?

“El me despidió por haberlo denunciado. Mezcló todo, lo político con lo personal. Me dejó en la calle, sin nada”.

“Yo prestaba servicios en el Registro Civil, trabajaba en la mañana y en la tarde. Mi sueldo era de 1300 pesos, pero nadie puede decir que cobraba lo que no correspondía. Y eso lo gastaba en la casa. Mi sueldo lo gastaba en comida y a veces, él me mandaba a buscar plata a lo de su hermana, porque nunca tenía plata, eso me decía a mí”.

“Mi vida junto a él no fue un lecho de rosas

¿Recibiste apoyo de tus amigas?

“Tengo mucha gente, muchas amigas, que se acercaron a mí. Pero bueno, lamentablemente, me tuve que ir al departamento, dejar a mi familia y sufrir el desarraigo. Es lo que me tocó a mí. Inclusive con un vehículo que me lo compró él  y que nunca hizo la transferencia del vehículo. Luego, el señor (Beto Roza), fue una de las personas que estuvo presente en el conflicto, y ahora las desmiente.

Pero la vida y la mentira tienen muy patas cortas. Ellos se pisan solos con sus mentiras. Yo tengo la conciencia tranquila y puedo caminar por la calle, sin ningún problema. El día de mañana  se va a conocer todo.

Después de tu separación, por los motivos que todos conocemos, se dijo que  Sergio Salgado reaccionó echando del municipio a algunos parientes tuyos ¿Es verdad eso?

Si. Echó 2 primos y 2 primas. Había problemas de salud en un caso, pero no le importó nada. Y él me lo advirtió que era su manera de “defenderse”. El quería que yo desistiera de la denuncia para el tener consideraciones con mi familia.

Ellos entraron a trabajar por su propio merito, nunca yo le dije hacé entrar a esta u otra persona. En su momento, una de mis primas también era familiar de ellos. Hay mucha gente en Santa Rosa que lo puede acreditar”.

En los próximos meses, nos dijo tu abogada  que saldrá el juicio por violencia de género…Allí seguramente lo vas a ver a Sergio Salgado ¿Cómo crees que vas a reaccionar?

No tengo problemas con quien me tenga que enfrentar, porque él involucró en todo esto gente muy buena. Hay personas que dependen mucho desde lo laboral y que han tenido que mentir. Pero la verdad es una sola.

Las personas con que tenga que enfrentarme, será cara a cara”.

¿Qué mensaje dejarías a mujeres de Santa Rosa y a todas en general que sufren lo que vos sufriste, tener una pareja que los golpea?

“Que no se callen nada. La gente, yo me he dado cuenta, que en los pueblos chicos, naturaliza todo y nada se justifica. Un golpe nada justifica. En Santa Rosa se tergiversó un montón de cosas. Ellos lo llevaron al plano político. Yo cuando lo denuncié no pensé en elecciones ni nada. No me arrepiento para nada de lo que hice. Ninguna mujer ni ningún hombre debe tolerar ningún tipo de violencia. Tiene que existir un respeto mutuo.

Es una cuestión cultural. La gente tiene que aprender a convivir, acercarse, ese daño, ese ninguneo. Eso termina afectando al ser humano. A mí me afectó en todos los sentidos y la mujer y el hombre debe aprender a saber que esto no es normal.

Ya no estamos en la época de antes, donde la mujer se callaba por la tolerancia. No tiene que haber ningún tipo de violencia, ni verbal, psicológica, económica, o física. Ninguna”.

El viernes fue la vendimia del departamento. ¿Qué sentiste?

“Para  mí la vendimia fue  y es una cosa muy importante. Me encanta la vendimia. Se me estremece la piel cuando escucho la marcha. Pero esta fecha (14 de febrero,  San Valentín) principalmente, son cosas que no me hacen sentir bien”.

¿Qué opinás de la gente de Santa Rosa?

“La mayoría de la gente de Santa Rosa vive del municipio y yo los entiendo. Y por 2 pesos hacen cualquier cosa. Es lo que les llevan el pan a su casa. Esto es algo que no se radica. Por una cuestión de dignidad pero no es bueno que la gente se deje manosear tanto, máx por un tema político. Me tuve que ir por una causa de salud mental. Hoy Santa rosa me da mucha tristeza, pero hoy no es ningún lugar que me gustaría vivir.

Hoy hay tanta impunidad, tanta soberbia, del yo mando, yo ejerzo el poder. Él busca un perdón para salvarse de las cosas que hace”.

¿Deseas agregar algo más?

“Yo no fui, ni soy, de ningún partido político. Para mí era Sergio Salgado mi pareja, no el Sergio Salgado intendente. El me quiso mantener aislada, no quería que participase de nada.

Es una etapa de mi vida que quiero cerrar y que se haga justicia. Deseo cortar todo tipo de relación. No me imaginé nunca el grado de cinismo que podía tener. Hay gente que te miente en la cara y vos no lo podés creer. No me interesa lo que él hace o no hace. No me interesa ni quiero saber”.

Fuente: Tiempo del Este

Foto: Gentileza El Sol